Las explotación pecuaria es un esquema de centros de producción de alimentos de alta calidad nutricional, e indispensables para la gran mayoría de la población humana, como son la carne y la leche. Eso implica que los productos que se producen en las explotaciones pecuarias tienen garantizada su demanda. Es decir, en general, toda la carne y la leche que se producen, se va a vender.

Ahora bien, ¿eso significa que toda la explotación pecuaria son exitosas desde el punto de vista económico?

No. Y la razón de tal respuesta es que no todas las explotaciones pecuarias miden sus parámetros económicos global, oportuna y eficientemente. Para reforzar este punto invito a que preguntemos a los dueños de explotaciones pecuarias, cuál es su sueldo por su trabajo de “gerenciar” sus ranchos?

¿Cuándo una explotación pecuaria se puede considerar económicamente exitosa?

Cuando es rentable. Es decir, genera ganancias económicas en todos sus niveles. Y tales ganancias son cuantificables en sus libros de contabilidad.

¿Cómo medimos la rentabilidad?

La rentabilidad es la capacidad de una empresa de generar utilidad o ganancia; y se calcula dividiendo la utilidad o ganancia obtenida en un año, entre la inversión realizada en ese mismo periodo (La utilidad es la ganancia que se obtiene a partir de una inversión o venta. La inversión es la colocación de capital para obtener ganancia futura). Para expresar la relación en porcentaje se multiplica por 100, y así se sabe qué porcentaje de dinero se ha ganado o recuperado, y en consecuencia podemos medir el desempeño de la inversión.

Rentabilidad = (Utilidad o ganancia / Inversión) x 100

Un ejemplo:

Si una empresa hizo una inversión de 20.000 US$, y luego de un año generó utilidades por 2.000 US$, se divide 2.000 entre 20.000, y se multiplica por 100. Eso resulta 10%. Es decir, la rentabilidad de esa empresa en ese año fue de 10%.

¿Se puede estimar si una inversión va a generar rentabilidad?

Si. Lo que se hace es añadir la palabra proyecto a la fórmula de rentabilidad. Es decir, dividiremos el proyecto de utilidad entre el proyecto de inversión, se multiplica por 100, y obtendremos el proyecto de rentabilidad. Usando esa fórmula se pueden comparar proyectos de inversión. Simplemente, variamos las cifras para obtener diferentes estimados, y se escogerá el que tenga la mejor rentabilidad proyectada.

¿La rentabilidad proviene de las ventas. Cómo calculamos el precio de venta?

El Precio de Venta de un producto es igual a la suma del Costo Total de producción más el Margen de Utilidad, o Porcentaje de ganancia. El Costo Total es la suma de los Costos Directos, más los Costos Indirectos. Y el Margen de Utilidad es el dinero que permite que el negocio, “sea negocio”, y se mantenga. Generalmente el margen de utilidad se estima en 30%; aunque en ganadería influye una variable muy importante como es la posición del Estado o Gobierno Nacional al momento de establecer los Precios de Venta al Público, por tratarse de productos “estratégicos”, de consumo necesario por parte de la población. Aquí la capacidad de negociación de las Instituciones gremiales ganaderas con el Gobierno cobra especial importancia. El argumento fundamental de los ganaderos para tal negociación debe ser total claridad y transparencia en sus costos de producción.

Un ejemplo que podemos citar en este caso es el del precio del maíz. Un cereal fundamental para el acabado final de los toros que van a matadero. Y, cuyo precio tiende a ser un “dolor de cabeza” para los ganaderos debido a que se compite con el mercado humano. Esto obliga a los ganaderos a ser eficientes en todo el proceso, y utilizar razas de carne que conviertan eficientemente el consumo de maíz en kilos de peso vivo.

¿Cómo se calcula el precio final de venta al público de la leche y la carne?

Los ganaderos fijan un precio que comúnmente se denomina “precio a puerta de corral”. A ese precio hay que sumarle los costos de comercialización, es decir, todos los costos necesarios para que los productos (carne y leche, en este caso) lleguen a los sitios donde son comprados por los consumidores. Y, en este punto ocurre algo que genera muchas incomodidades: el margen de ganancia de los comercializadores de la carne y la leche es demasiado alto, en comparación con el de los ganaderos, quienes tienen 4 variables, al menos, que no son consideradas al momento de establecer las ganancias. Esas 4 variables son: a) las grandes inversiones que deben hacer los ganaderos; b) el tiempo que se necesita para que un bovino sea productivo; c) las adversidades del clima; y d) la delincuencia en el campo.

¿Qué deben hacer los ganaderos ante tales realidades?

Pues ser lo más eficientes que se pueda. Hay que hacer un buen uso de los recursos disponibles: tierra, capital y trabajo. Para eso los ganaderos deberán emplear en todos los casos que las condiciones lo permitan, “tecnología de punta”. Hay que hacer productivo cada metro cuadrado de tierra de las explotaciones pecuarias, invertir el capital concienzudamente recurriendo siempre a asesorías calificadas, y hacer del trabajo productivo un objetivo primordial.

¿Cómo hacer más productivos los bovinos de carne o leche?

Los bovinos deben ser considerados como “empleados” de las explotaciones pecuarias. Les debemos exigir que hagan bien “su trabajo”, sin consideraciones especiales de ningún tipo. Al mismo tiempo debemos tener en cuenta que para que un empleado rinda al máximo, debe disponer de las mejores condiciones para desarrollar de la mejor manera su trabajo. En el caso que nos ocupa, el ganado debe disponer de buena genética, además de óptimas condiciones sanitarias, nutricionales, y de manejo en general.

¿Qué le debemos exigir a las hembras bovinas?

La tarea fundamental de las hembras bovinas es producir un becerro de buena calidad cada año. Y deben comenzar a “trabajar” lo más temprano posible. Los parámetros mayormente utilizados son: a) 2 años de edad al momento de la primera preñez, y b) 300 Kgs de peso vivo, al menos, al momento de esa primera preñez. Eso nos garantiza que a los 3 años de edad la vaca ya estará con su primer becerro, es decir, ya será productiva.

¿Cuál es el parámetro más importante para medir la eficiencia reproductiva de las vacas?

El intervalo entre partos!. Ya mencionamos que para que una vaca se considere productiva debe parir un becerro de buena calidad todos los años, durante unos 5 a 7 años. Entonces, el intervalo entre partos debe ser de 365 días, o una cifra muy cercana a esa.

¿Cómo se calcula el intervalo entre partos?

Mediante la sumatoria:

  1. Tiempo de gestación.
  2. Tiempo de puerperio.
  3. Tiempo para que la vaca muestre un nuevo celo.
  4. Tiempo para que quede preñada nuevamente.

Ahora bien:

  1. El tiempo de gestación generalmente es de 282 días. Es una cifra promedio para las hembras bovinas, que no se puede manipular.
  2. El tiempo del puerperio generalmente es de 45 días. Si definimos puerperio como el tiempo que le toma al útero regresar a su tamaño y posición normales, luego de la gestación, esa cifra es susceptible a variar según el manejo. Entonces, si queremos que el puerperio se mantenga dentro del promedio, debemos asegurarnos que las vacas tengan partos sin ninguna dificultad, que le compliquen o prolonguen la labor de parto (que puede durar entre 2 a 3 horas en vacas, y un par de horas más en novillas). Cabe resaltar que una de las cosas que le complican el parto a las vacas es preñarlas con toros que producen becerros grandes. Los pesos promedios al nacer varían según la raza. En cebú es de unos 30 Kgs, mientras que en Holstein puede ser de unos 40 Kgs.
  3. El tiempo para que la vaca muestre celo post puerperio puede ser de 21 días.
  4. El tiempo para que la vaca quede preñada nuevamente puede ser de 21 días más.

 

Entonces, sumamos: a + b + c + d = 282 d.+ 45 d. + 21 d. + 21 d. = 369 días. Ese total representa solo 4 días de diferencia con respecto a la duración de un año calendario. Por otro lado, vemos que de las 4 cifras involucradas en esa suma, 3 (b, c, y d) pueden responder al buen manejo. De allí que con buen manejo, y buenos registros para conocer qué está ocurriendo con nuestras hembras bovinas, podemos lograr nuestro principal objetivo reproductivo: un becerro de cada vaca, cada año, teniendo intervalos entre partos de un año!

¿Qué razones existen para descartar hembras bovinas de un rebaño?

Podemos enumerar algunas: a) parir becerros con pesos por debajo del promedio del rebaño (dependiendo de la raza ); b) pobre habilidad materna, lo que se traduce en bajos pesos al destete (los pesos promedio en ganado cebú deben estar entre 140 y 150 Kgs, alrededor de los 8 meses de edad) ; c) baja producción lechera, en el caso de ganado de leche; d) necesidad de incorporar novillas de reemplazo con mejor carga genética; y, por supuesto, e) dificultad o, peor aún, imposibilidad de quedar preñada. Las vacas vacías son improductivas (y, acoto, las vacas que no están preñadas están “vacías”, no  “abiertas”, como algunos dicen, haciendo traducción literal del inglés: “open cows”).

¿Qué le debemos exigir a los toros?

Los toros deben tener buenas ganancias de peso, ya que ellos deben ir al matadero alrededor de los 2 años de edad y con unos 500 Kgs de peso vivo. Para que eso sea factible los machos deben ganar alrededor de 700 gramos diarios de peso vivo, durante su vida. Por supuesto que las razas especializadas de carne (como la Angus, por ejemplo) serán más precoces y tendrán mejores ganancias de peso que las razas Brahman o cebuínas.

¿Cómo calculamos la ganancia de peso de los toros?

Haciendo 2 pesadas seguidas. Por ejemplo si queremos saber la “ganancia diaria de peso” (G.D.P) el primer mes post-destete (que es el más difícil por ser un mes de transición, ya que el becerro-maute ha estado mamando leche de su madre), pesamos los becerros (preferiblemente con una balanza electrónica) al momento del destete (peso 1), y luego 30 días más tarde (peso 2). Restamos, “peso 2”, menos “peso 1”, y el resultado se divide entre el número de días. Resulta la GDP.

Un ejemplo:

  1. Peso al destete (8 meses): 150 Kgs (Peso 1)
  2. Peso a la edad de matadero (24 meses) de un toro Brahman: 500 Kgs (Peso 2)
  3. Tiempo transcurrido: 16 meses (480 días)

500 Kgs – 150 = 350 Kgs   →   350 Kgs / 480 días = 0,729 gramos de GDP.

¿Todos los toros van para el matadero?

No. Algunos, un porcentaje alrededor del 10%, pueden ser seleccionados como toros reproductores para ser vendidos como tales a otros ganaderos; e inclusive mantener algunos en la explotación pecuaria para ser usados como “toros repasadores” cuando se usan programas de Inseminación Artificial. La selección de los toros se basará en su fenotipo y carga genética. Las principales características fenotípicas a tomar en consideración serán: profundidad de barril, profundidad de cuartos traseros, firmeza y rectitud de la línea dorsal, prepucio corto y buena capacidad locomotora. Además, es importante resaltar que los toros que van a ir a potreros a servir vacas deben tener buena libido y características raciales definidas.

¿Qué razones existen para descartar toros?

Podemos enumerar algunas: pobre ganancia de peso, pobre conformación cárnica, y pobre habilidad pastoreadora.

¿Qué parámetros se pueden utilizar para medir eficientemente la producción de carne y leche de la explotación pecuaria?

Parece pertinente que en estos tiempos de cambios económicos imprevistos se adopten criterios novedosos para medir la economía de las explotaciones pecuarias. Así, vale la pena utilizar los parámetros “producción de carne y leche por hectárea”, en vez de producción de carne y leche por bovino en producción. El cálculo de tales parámetros se hace dividiendo el número total de litros de leche, o kgs de carne producidos, entre el número total de hectáreas dedicadas a la producción. Así se puede estimar si se está usando la explotación pecuaria a toda capacidad, o si se requiere aumentar o mejorar la calidad de los potreros, por ejemplo.

¿La diversidad de producción puede mejorar la rentabilidad de una explotación pecuaria?

Por supuesto que sí. Si está dentro de las condiciones de la explotación pecuaria y las posibilidades de manejo, personal, mercadeo del producto, etc., es apropiado y hasta conveniente. Y mejor aún, cuando se pueden utilizar subproductos agrícolas para la alimentación del ganado, como es el caso del maíz y la naranja.

¿Cómo sabemos si como ganaderos tenemos la visión de empresarios?

Cuando “vemos” las explotaciones pecuarias a través de los números que producen!

Diego R. Barrios A.